Sobrevivir a quemaduras: un proceso del que poco se habla y que requiere tratamiento integral de alta complejidad

Según la Organización Mundial de la Salud -OMS- las quemaduras representan una preocupación para la salud pública global con cerca de 180.000 muertes cada año. Durante el 2023 el Hospital San Vicente Fundación Medellín atendió 1.126 adultos y 555 menores de 15 años por quemaduras, evidenciando el impacto de este tipo de lesiones que requieren un tratamiento integral de alta complejidad para el cuidado de la salud y reintegración de los pacientes a su vida cotidiana.

El proceso de rehabilitación se inicia tan pronto como el paciente es admitido en el hospital, con el liderazgo e indicaciones del médico rehabilitador. Esto es crucial debido a los efectos del reposo prolongado en cama y la inactividad, que son comunes debido a las alteraciones metabólicas y el daño causado por la quemadura, considerando su extensión y porcentaje de la quemadura. Es importante destacar que no existe un programa de rehabilitación universal, ya que las necesidades de cada paciente varían según la gravedad de sus lesiones. Además, las intervenciones quirúrgicas, como injertos o en casos graves amputaciones, pueden modificar el plan de rehabilitación durante el proceso de recuperación.

“En el Hospital San Vicente Fundación Medellín estamos convencidos de que una intervención integral temprana en la rehabilitación de los pacientes quemados mejora el curso clínico durante su hospitalización y favorece una mayor independencia para las actividades de la vida diaria a mediano y largo plazo. La atención inicial en el proceso de rehabilitación es liderada por el médico fisiatra, encargado de evaluar al paciente y desarrollar un plan terapéutico multidisciplinario enfocado en sus necesidades funcionales durante todo el proceso de atención clínica. Posteriormente, el paciente quemado es abordado por el grupo rehabilitador conformado por terapia física, terapia ocupacional, fonoaudiología, trabajo social y psicología, un grupo de profesionales encargados de cumplir el abordaje terapéutico para garantizar la mejor respuesta al tratamiento y lograr una mayor recuperación”, expresa el Dr. Julián Añez, médico fisiatra del Hospital San Vicente Fundación Medellín.

Las quemaduras se clasifican en diferentes grados según la profundidad y severidad del daño en la piel. Las denominadas de primer grado afectan sólo la epidermis, la capa externa de la piel, causando enrojecimiento y dolor, pero sin ampollas. Las quemaduras de segundo grado implican la epidermis y parte de la dermis, resultando en enrojecimiento, ampollas y dolor intenso. Las quemaduras de tercer y cuarto grado afectan todas las capas de la piel, llegando a los tejidos subyacentes, y pueden causar daño irreversible, con una apariencia blanca o carbonizada en la piel. En el Hospital San Vicente Fundación Medellín los pacientes que más comúnmente ingresan con quemaduras tuvieron lesiones térmicas asociadas a líquidos calientes. Este tipo de quemaduras ocurren frecuentemente debido a accidentes domésticos como derrames de agua hirviendo, café, aguapanela, sopas o aceite caliente. Estos líquidos pueden causar daño inmediato y severo en la piel al entrar en contacto con ella, resultando en quemaduras de segundo o tercer grado, dependiendo de la temperatura del líquido y la duración de la exposición.

Las quemaduras graves no solo afectan la piel, sino que pueden desencadenar una serie de complicaciones en diferentes sistemas del cuerpo. Uno de los problemas comunes es el daño respiratorio, causado por la inhalación de humo o productos tóxicos que afectan las vías respiratorias y los pulmones. Además, el daño renal puede ocurrir debido al shock y a la deshidratación severa, comprometiendo la función de los riñones. Este tipo de lesiones también pueden presentar síntomas neurológicos, como confusión o alteraciones en el nivel de consciencia, debido a la respuesta general del cuerpo al trauma. Asimismo, los trastornos hematológicos son una preocupación, ya que las quemaduras pueden provocar alteraciones en la coagulación y anemia, además de afectar la capacidad del cuerpo para recuperarse de la lesión. Estos efectos sistémicos subrayan la necesidad de una atención médica integral para abordar todas las posibles complicaciones que pueden surgir a partir de quemaduras graves.

El impacto psicosocial de las quemaduras en los pacientes es profundo, altera su bienestar emocional y limita su integración en la cotidianidad. Las cicatrices visibles, el dolor crónico y las limitaciones funcionales pueden llevar a problemas de autoestima, aislamiento social y estrés psicológico. Por esta razón, la atención de los pacientes debe garantizar un enfoque multidisciplinario que incluya terapia psicológica, con un apoyo personalizado en todo su proceso. Este enfoque ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes y también favorece una mayor adherencia al tratamiento, al promover un estado mental positivo y una actitud proactiva hacia la rehabilitación.

“En el Hospital San Vicente Fundación Medellín la rehabilitación de pacientes quemados incluye terapias físicas y ocupacionales. Nuestro hospital es el único en el país donde los pacientes sobrevivientes a quemaduras, al salir de la hospitalización tienen sus prendas elásticas, tratamiento llamado presoterapia, la cual contribuye a la mejoría de la alineación de las fibras de colágeno, evitando un sobrecrecimiento de la piel que lleve al paciente a desarrollar cicatrices hipertróficas o queloides, así como mejorar el prurito (picazón) y eliminar edema (hinchazón) que haya quedado en las extremidades del paciente. Asimismo, usamos férulas para reducir los edemas y proteger las articulaciones y máscaras termoformadas para mejorar la apariencia de la piel quemada y diseñadas para la recuperación del área afectada”, comenta Luz Ángela Calderón, terapeuta ocupacional del Hospital San Vicente Fundación Medellín.

El Hospital San Vicente Fundación Medellín se consolida como el primer centro de remisión en Antioquia para pacientes con quemaduras, además de ser una institución referente en la atención de alta complejidad en este tipo de casos. Por su parte, su área de Medicina Física y Rehabilitación desempeña un papel fundamental en la educación comunitaria sobre primeros auxilios en caso de quemaduras, al ofrecer una capacitación esencial para manejar estas emergencias de manera adecuada.

 

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