Parkinson: un trastorno neurológico que va más allá de ‘un temblor’ y que crece en el mundo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia del parkinson se ha duplicado en los últimos 25 años, alcanzando más de 8,5 millones de personas en 2019. Esta cifra resalta la urgencia de generar mayor conciencia sobre una enfermedad que causa trastornos del movimiento, deterioro cognitivo, problemas del sueño, dolor y otros efectos que afectan profundamente la calidad de vida. Aunque no tiene cura, existen tratamientos y medicamentosqueayudanareducirsussíntomasyamejorarelbienestardelospacientes.
El parkinson es el trastorno del movimiento más común, pero también el que genera más altos niveles de discapacidad y dependencia. Además de los síntomas motores —como temblores, rigidez, lentitud de movimientos, dificultad para caminar, pérdida del equilibrio y movimientos involuntarios—, la enfermedad presenta síntomas no motores: trastornos mentales, alteraciones sensoriales, dolor crónico, demencia y deterioro cognitivo. Estos síntomas progresan con el tiempo y, en muchos casos, hacen necesaria la atención constante.
Si bien suele afectar a personas mayores, también puede presentarse en personas más jóvenes y afecta con mayor frecuencia a los hombres que a las mujeres. Aunque aún se desconoce su causa exacta, se ha identificado un mayor riesgo en personas con antecedentes familiares, así como a algunos factores externos.
“Los síntomas del parkinson se desarrollan progresivamente, afectando tanto funciones motoras como no motoras. Temblores, rigidez, trastornos del sueño, fatiga y falta de motivación son comunes y afectan profundamente la calidad de vida del paciente. En el Hospital San Vicente Fundación Medellín abordamos esta enfermedad con un enfoque integral y multidisciplinario. Contamos con un equipo de neurólogos, psiquiatras, fisioterapeutas y otros especialistas que diseñan planes de tratamiento personalizados. Además de opciones farmacológicas y quirúrgicas, como la estimulación cerebral profunda, brindamos apoyo en áreas clave como la rehabilitación física, la salud mental y la promoción de un estilo de vida saludable”, explica el doctor Omar Buriticá, neurólogo del Hospital San Vicente Fundación Medellín.
Una vez aparecen los síntomas, el paso siguiente es obtener un diagnóstico preciso. Como no existe una prueba específica para detectarlo, los médicos recurren a evaluaciones neurológicas detalladas. Este proceso es fundamental para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento de forma temprana.
El ejercicio físico también desempeña un papel crucial en el tratamiento. “La actividad física no solo mejora la movilidad, la fuerza muscular y la flexibilidad, sino que también impacta positivamente el bienestar emocional. Estos beneficios son fundamentales, ya que la enfermedad suele conllevar retos psicológicos como la fatiga, la desmotivación y los cambios de ánimo”, agrega el doctor Buriticá.
En el marco del Día Mundial del Parkinson, se hace un llamado a la detección temprana y al manejo integral de esta condición. Identificar los signos iniciales puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida de los pacientes. Un abordaje que combine tratamiento médico, apoyo emocional y ejercicio físico regular contribuye a desacelerar la progresión de la enfermedad, mejorar la movilidad y mitigar síntomas como la ansiedad y la depresión. Adoptar un estilo de vida activo y saludable es clave para enfrentar los desafíos del parkinson, por lo que es vital que quienes detecten señales tempranas busquen atención médica especializada.