En Colombia y América Latina, el trasplante de órganos en niños y menores de 18 años continúa enfrentando barreras relacionadas con la desinformación y la escasez de donantes. Superar los mitos y fortalecer la cultura de la donación es fundamental para garantizar el acceso oportuno a procedimientos que salvan vidas, especialmente en instituciones de alta complejidad como el Hospital Infantil San Vicente Fundación.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud – OPS -, en la región menos del 10% de las necesidades de trasplante de hígado están cubiertas. En Colombia, las cifras del Instituto Nacional de Salud - INS - confirman una brecha significativa entre la demanda de trasplantes y el acceso real a estos procedimientos, en especial para la población pediátrica. Los órganos más requeridos en la población pediátrica son riñón e hígado, lo que representa un llamado urgente a fomentar la donación, sobre todo para los más pequeños.
Aunque en la población general las enfermedades renales o hepáticas pueden prevenirse con diagnósticos tempranos y estilos de vida saludables, en los niños las causas suelen ser congénitas o el resultado de malformaciones que no pueden evitarse. Aun así, la necesidad de donantes no disminuye. Solo entre enero y septiembre de 2023 se realizaron en Colombia 45 trasplantes renales y 64 hepáticos en menores de edad, una cifra que refleja la urgencia de promover una cultura de donación más sólida y consciente.
“Muchas de las enfermedades que llevan a un trasplante en niños son congénitas. En el caso del hígado, pueden ser síndromes como el de Alagille o de Wilson, o hepatitis autoinmune. En cuanto al riñón, hay niños que nacen con malformaciones o que desarrollan hipertensión severa desde edades muy tempranas”, explica la doctora Claudia Patricia Franco Arenas, médica coordinadora de trasplantes del Hospital San Vicente Fundación.
Con más de 65 años de trayectoria, el Hospital Infantil se ha consolidado como un referente nacional en trasplantes pediátricos. Desde la creación de su programa, ha realizado más de mil procedimientos en niños, en su mayoría trasplantes renales. Actualmente avanza en la reactivación del trasplante hepático, tanto con donantes cadavéricos como con la proyección de incluir donaciones en vida.
El liderazgo del Hospital se sustenta no solo en su talento humano y capacidades tecnológicas, sino también en la innovación de los procedimientos quirúrgicos, el acompañamiento integral a las familias y su compromiso con la formación de conciencia social frente a la donación de órganos en el país.
1. “Las enfermedades del hígado solo afectan a adultos que consumen alcohol”
En pediatría, muchas afecciones hepáticas tienen un origen congénito, autoinmune o genético. Enfermedades como la atresia de vías biliares, el síndrome de Alagille, la hepatitis autoinmune o la enfermedad de Wilson son causas comunes de daño hepático en niños. Ninguna de estas condiciones está relacionada con el consumo de alcohol y todas requieren atención médica especializada desde etapas tempranas.
2. “Los niños no pueden recibir órganos de adultos”
Existen técnicas quirúrgicas avanzadas que permiten adaptar órganos de adultos a pacientes pediátricos. En el caso del hígado, es posible realizar un trasplante dividido o ‘split’, donde se implanta solo una parte del órgano en el menor. Gracias a la capacidad regenerativa del hígado, tanto el donante como el receptor pueden recuperarse satisfactoriamente. En los trasplantes renales también se pueden ajustar los procedimientos, implantando el riñón en la pelvis del niño sin afectar su desarrollo.
3. “Solo se puede donar después de morir”
La legislación colombiana autoriza la donación de órganos en vida hasta el quinto grado de consanguinidad. Esto permite que un familiar compatible pueda convertirse en donante para un menor que necesita un trasplante de riñón o una porción del hígado. Esta alternativa ha sido clave para ampliar las oportunidades de acceso y reducir los tiempos de espera.
4. “Donar un riñón deja secuelas para toda la vida”
Una persona sana puede vivir con un solo riñón sin comprometer su salud ni su calidad de vida, siempre que mantenga controles médicos periódicos y hábitos saludables. Los procesos de selección garantizan que los donantes no presenten contraindicaciones ni riesgos mayores. Se trata de una cirugía planificada, segura y realizada por equipos médicos especializados.
5. “Hay riesgos ocultos en el sistema de donación”
Este es uno de los mitos más frecuentes. El temor al tráfico de órganos, la creencia de que se privilegia la población extranjera o de mayor poder adquisitivo, junto con aspectos culturales, aumenta la desconfianza de la población. Sin embargo, en Colombia todos los procesos de donación y trasplante están regulados por el Instituto Nacional de Salud, que establece criterios médicos rigurosos, trazabilidad completa y supervisión legal en cada etapa.
A pesar de los avances médicos y del trabajo sostenido de instituciones como el Hospital Infantil San Vicente Fundación, el número de donantes sigue siendo bajo para la cantidad de menores que requieren un trasplante. “Cuando las familias ya han conversado sobre la donación, tomar una decisión en un momento difícil se hace más humano y esperanzador. La donación es un acto de bondad que puede significar una nueva esperanza de vida para un niño”, afirma la especialista.
La donación pediátrica de órganos es una necesidad urgente en el país. Cada órgano representa una oportunidad real de supervivencia para niños que enfrentan enfermedades graves desde los primeros años de vida. Por eso, el Hospital Infantil San Vicente Fundación reitera su llamado a fortalecer esta cultura como una prioridad en salud pública, desmitificando temores y entendiendo que donar es una decisión informada que transforma vidas.