Cómo cuidar a un ser querido con Alzheimer sin descuidar su propia salud

De acuerdo con la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos, cerca del 70% de los costos a lo largo de la vida de un paciente recaen directamente en los hogares, ya sea en pagos de salud, cuidado prolongado o en miles de horas de acompañamiento no remunerado. Cuidar a una persona con esta enfermedad transforma por completo la vida de una familia. Más allá de los desafíos médicos, uno de los mayores impactos lo reciben los cuidadores, quienes con frecuencia viven serias dificultades físicas, emocionales y financieras.

En el marco del Día Mundial del Alzheimer, que se conmemora el 21 de septiembre, el Hospital San Vicente Fundación Medellín hace un llamado a reconocer que el impacto de esta enfermedad no se limita al paciente, ya que los cuidadores deben vivir una nueva realidad en la dinámica familiar al ver cómo su ser querido cambia de manera progresiva, desde alteraciones en el ánimo y en la conducta hasta una dependencia total para actividades tan básicas como alimentarse, bañarse o vestirse. Esta carga emocional, sumada al agotamiento físico y a las tensiones económicas, convierte el cuidado en un desafío permanente que exige acompañamiento y estrategias psicosociales.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud - OMS -, el Alzheimer es una enfermedad en aumento que afecta a más de 57 millones de personas en el mundo, y se estima que para el año 2050 esta cifra podría triplicarse. Aunque es una condición progresiva y sin cura, se sabe que algunos factores incrementan el riesgo de desarrollarla, como la edad avanzada - especialmente después de los 65 años -, la hipertensión arterial, la diabetes, el exceso de peso u obesidad, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la inactividad física, el aislamiento social y la depresión. Sin embargo, con prevención, acompañamiento médico temprano y un cuidado compartido entre la familia y el entorno de salud, es posible mejorar la calidad de vida tanto de los pacientes como de sus cuidadores.

Recomendaciones para la salud y bienestar de los cuidadores

Consciente de esta realidad, el Hospital San Vicente Fundación Medellín comparte pautas prácticas que pueden ayudar a las familias a sobrellevar mejor este desafío y proteger también la salud de los cuidadores:

  • Compartir responsabilidades. El cuidado no debe recaer en una sola persona. Es importante apoyarse en cuidadores secundarios para que el responsable principal pueda descansar, ya que el agotamiento continuo no solo afecta al cuidador, sino que también puede repercutir en la calidad del acompañamiento del paciente.

  • Manejar la comunicación. En las etapas avanzadas del Alzheimer, los olvidos frecuentes pueden generar frustración, sensibilidad e incluso reacciones de irritabilidad en los pacientes. En lugar de corregirlos de manera directa o responder con un ‘no’, lo más recomendable es ofrecer alternativas, redirigir la atención con calma y guiar la conversación hacia temas que les resulten familiares o reconfortantes. Este abordaje cercano contribuye a disminuir la ansiedad, prevenir la agresividad y mantener un ambiente más tranquilo tanto para el paciente como para el cuidador.

  • La atención integral es clave. Las consultas periódicas con especialistas en neurología, psiquiatría, psicología y neuropsicología permiten evaluar la progresión de la enfermedad, controlar problemas de sueño y conducta, y definir tratamientos médicos o terapias de estimulación cognitiva. Este acompañamiento mejora la calidad de vida del paciente y también brinda al cuidador herramientas para llevar su labor de manera más sostenible.

  • Unirse a grupos de apoyo. Participar en espacios comunitarios y académicos donde los cuidadores comparten experiencias permite aprender estrategias prácticas, reducir la sensación de aislamiento y encontrar apoyo emocional. Estos grupos también ofrecen información sobre recursos y servicios disponibles en la comunidad

  • Cuidarse a sí mismos. El bienestar del cuidador es tan importante como el del paciente. Realizar actividad física regular, una alimentación saludable, descanso adecuado y apoyo psicológico son esenciales para preservar la salud física y emocional.

  • Estimular al paciente con actividades adecuadas. Dibujar, pintar, hacer crucigramas, jugar dominó, ajedrez u otros juegos de mesa que el paciente disfrute ayudan a mantener la mente activa y generan momentos positivos de interacción.

“El Alzheimer no tiene cura y es una enfermedad progresiva que con el tiempo limita las capacidades del paciente haciéndolo aún más dependiente de sus cuidadores y de su entorno. En el Hospital San Vicente Fundación Medellín trabajamos con un enfoque integral desde la neurología, psiquiatría, psicología y neuropsicología, para acompañar no solo al paciente, sino también a sus cuidadores, brindándoles respaldo y herramientas que les permitan enfrentar este camino con más apoyo y menos soledad,” afirma la doctora Yamile Calle, neuróloga de la institución.

Según la Organización Panamericana de la Salud - OPS - el Alzheimer y otras formas de demencia representan un desafío creciente para la salud pública mundial. En la región de las Américas más de 10 millones de personas viven con demencia y se estima que cada 20 años esta cifra se duplicará, lo que afectará especialmente a América Latina y el Caribe donde el número de casos pasará de 3,4 millones en 2010 a 7,6 millones en 2030. El impacto de esta condición va más allá de la memoria, ya que en 2019 fue la tercera causa de muerte en la región con 390.473 defunciones, una cifra que se ha triplicado desde el año 2000.

En los últimos tres años, el Hospital San Vicente Fundación Medellín atendió a 348 pacientes con Alzheimer mediante un modelo de acompañamiento integral que aborda de manera simultánea el tratamiento clínico del paciente y el respaldo a sus familias. En el marco del Día Mundial del Alzheimer, la institución reafirma su compromiso con la atención de alta complejidad de esta enfermedad y resalta programas como Cuidarse con Sentido, que orienta, capacita y acompaña a los cuidadores para que no vivan este reto en soledad. La iniciativa ofrece herramientas de autocuidado, apoyo emocional y fortalecimiento de redes de acompañamiento, con el objetivo de hacer sostenible el cuidado y mejorar el bienestar de los pacientes y de quienes están a su lado.

 

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