“¿Usted quejándose otra vez por un dolor de cabeza? ¡Tómese algo para el dolor que eso se le quita!”. Este es un comentario repetitivo al que se exponen los pacientes con migraña. Lastimosamente, no es fácil vivir con esta enfermedad, ya que un ataque de migraña es discapacitante.
Solo póngase a pensar lo difícil que puede ser sentir que tiene un dolor intenso, como un corazón palpitando en su cabeza, que cada movimiento o esfuerzo físico que hace lo aumenta más, que mirar la luz duele, que el sonido se vuelve ensordecedor, que lo atacan unas ganas inminentes de vomitar, y aun así debe seguir trabajando o haciendo los quehaceres de la vida. Se siente mal leerlo, ¿verdad? Ahora imagínese lo incómodo que es sentirlo: eso es un ataque de migraña. Esto es lo que los pacientes con migraña sienten de forma recurrente durante años.
No obstante, a pesar de que produce discapacidad, pues altera la vida familiar, social, emocional y laboral de la persona que la padece, sigue siendo invisible para el mundo. ¡Recuerde! No es solo dolor, afecta la capacidad de funcionar adecuadamente en los ambientes.
Pero no todo tiene que ser tan desolador, hay maneras de hacer frente a la enfermedad y vencerla. Por ello si usted tiene algún conocido con migraña, entiéndalo, apóyelo e invítelo a que consulte al médico. Si usted que lee esto se siente identificado, por favor consulte. Hay tratamientos de gran utilidad para atender las crisis y mejor aún, hay métodos efectivos para prevenir las recaídas, esto puede darle un giro positivo a su enfermedad, puede hacer que haya una mejor calidad de vida y que la migraña no siga siendo el tormento que le impida llevar una vida feliz.
La migraña sí se puede tratar. En nuestros Hospitales San Vicente Fundación, esperamos ser parte de su solución.