Depresión: ¡todos importamos a la hora de ayudar!

En algunos casos lo que puede estar sucediendo es que aquellos a quienes queremos los está afectando la depresión, su estado de ánimo ha cambiado y esto genera las variaciones que sentimos en su modo usual de ser.

Podemos oír en algún momento: Felipe no está bien, Adriana ha cambiado mucho, Elkin no volvió a contestar los mensajes de WhatsApp. Podemos sentir temor de invadir la intimidad de la persona cercana. En algunos casos lo que puede estar sucediendo es que aquellos a quienes queremos los está afectando la depresión, su estado de ánimo ha cambiado y esto genera las variaciones que sentimos en su modo usual de ser. Todos en algún momento podemos desempeñar un papel importante para ayudar a alguien cercano que no ha encontrado los medios para comunicar su sentir diferente.

Los trastornos depresivos son problemas médicos de alta prevalencia que se caracterizan por un estado de ánimo deprimido, disminución del disfrute e ideación suicida, entre otros. Son un grupo heterogéneo de entidades que se caracterizan por la apatía y pérdida del interés en actividades cotidianas, ideas de minusvalía y desesperanza, insomnio y cambios en el apetito. A menudo manifiestan ansiedad y síntomas somáticos variados. 

Una persona con depresión puede tener uno o más episodios depresivos en la vida, la magnitud del impacto en la vida diaria y el deterioro de la calidad de vida son solo unos de los aspectos que se tienen en cuenta al analizar la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado.

Los episodios depresivos pueden tener diferentes formas de presentación. En los criterios diagnósticos que se han definido para nombrar esta enfermedad se pueden encontrar varios perfiles sintomáticos. Según la severidad del episodio puede definirse como leve, moderado o grave.

  1. Los episodios leves pueden ser cuadros depresivos con un deterioro funcional mínimo.

  2. Las depresiones moderadas cumplen con un número de síntomas mayor al de los episodios leves y causan una dificultad funcional superior.

  3. En los episodios depresivos graves la sintomatología interfiere con las actividades de la vida diaria de una manera importante; es usual por tanto encontrar en estos pacientes dificultad en la actividad motriz, en el desempeño cognitivo y la modulación de las emociones. Conforme aumentan los síntomas lo hace también el riesgo de suicidio, desenlace usual del paciente depresivo.

Los criterios diagnósticos del episodio depresivo mayor según el DSM-5 son:

A. Presencia de 5 (o más) de los siguientes síntomas durante un periodo de dos semanas, lo cual representa un cambio respecto a la actividad previa; al menos uno de los síntomas debe ser:

  • Estado de ánimo depresivo la mayoría del día, casi todos los días, sentido por el paciente o referido por alguna persona cercana. También la descripción de sentimientos de vacío, desesperanza o inutilidad.

  • Disminución marcada o desinterés en actividades que generen placer o bienestar al paciente la mayoría de los días.

  • Pérdida importante del peso sin hacer régimen o aumento del peso, o pérdida o aumento del apetito casi cada día.

  • Insomnio o hipersomnia casi cada día.

  • Agitación o enlentecimiento psicomotor casi cada día.

  • Fatiga o pérdida de energía casi cada día.

  • Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos.

  • Disminución de la capacidad de concentrarse o pensar, indecisión o inseguridad para la toma de decisiones casi todo el día.

  • Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida sin un plan específico o un intento de suicidio claro.

B. Los síntomas causan malestar significativo y dificultades sociales, laborales o personales.

C. Los síntomas no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o de una enfermedad médica.

El curso de la enfermedad puede causar un trastorno depresivo mayor con un único episodio o un trastorno depresivo mayor recurrente. Se sabe que un episodio depresivo no tratado dura de 6 a 24 meses, y que existe un grupo de pacientes deprimidos, entre 5 y 10%, que pueden presentar depresión por más de dos años antes de iniciar el tratamiento.

Detectar a tiempo la presencia de un trastorno depresivo es fundamental para realizar un tratamiento adecuado que tiene dos componentes, el tratamiento con fármacos antidepresivos y el psicológico. Si bien cualquiera de los dos puede hacerse por separado se conoce que la combinación proporciona mejores resultados y facilita la adherencia de la persona al proceso terapéutico.

Queremos invitarlos hoy a ser parte activa de la detección y la ayuda a quienes más queremos y que están sufriendo de depresión.

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