La falla cardíaca es la condición cardiovascular que más genera discapacidad, pues sus síntomas limitan la realización de las actividades de la vida diaria, como bañarse, vestirse, ir a misa, mercar, cocinar, lavar, entre otras. Lo que hace que la persona pierda la independencia y requiera asistencia de terceros, alterando la dinámica personal y familiar. Esto puede generar trastornos emocionales como depresión y ansiedad en el paciente y sus cuidadores.
La rehabilitación tiene como objetivo mejorar la funcionalidad y la calidad de vida por medio de educación al paciente y su familia para que conozcan y acepten la enfermedad, y comprendan la importancia de seguir las recomendaciones del personal de salud.
Para la falla cardíaca nos centraremos en el control del riesgo cardiovascular a través de la actividad física, cuyos beneficios principales son:
Disminuye las cifras de presión arterial, los niveles de azúcar y colesterol en la sangre.
Mejora los síntomas como fatiga, mareo, falta de aire, hinchazón, palpitaciones, pulso irregular.
Ayuda a bajar o a mantener el peso.
Disminuye la cantidad de medicamentos o la frecuencia de toma de los mismos.
Reduce el estrés, la ansiedad y la depresión.
Reacondiciona, nos vuelve más fuertes, ágiles, activos y resistentes.
Favorece la independencia para las tareas cotidianas.
Disminuye el riesgo de nuevos eventos cardiovasculares.
Facilita retomar la vida sexual.
Los pacientes con falla cardíaca se consideran de alto riesgo y dado que todos los cuerpos reaccionan diferente al ejercicio, previo al inicio de la actividad física, se recomienda que asistan a un programa de rehabilitación cardíaca para que obtengan una prescripción individualizada del tipo de actividad, su frecuencia e intensidad.
Entre las recomendaciones más importantes para iniciar actividad física en casa están:
Establecer un horario con el que pueda ser constante y varias horas después de las comidas abundantes del día.
Escoger un terreno estable, plano y seguro: en la casa, centro deportivo o zonas recreativas del barrio.
La duración y frecuencia es relativa en cada paciente, se recomienda iniciar con 5 a 10 minutos y aumentar progresivamente el tiempo. Lo ideal es que logres realizar 150 minutos de ejercicio a la semana.
Realizar actividades como caminar, montar en bicicleta estática, elíptica, actividades en agua, cicloergómetro. Que se pueden rotar cada día para entrenar diferentes partes del cuerpo.
El ejercicio siempre debe ser a una intensidad moderada, es decir que sientas que estás activo pero que puedas hablar sin que te falte la respiración.
La actividad física no debe ocasionar dolor, es normal sentir fatiga muscular, pero no debe durar más de tres días ni requerir analgésicos.
Usar ropa cómoda, fresca, calzado deportivo que no te maltrate, medias, gorra y antisolar.
Entre los pacientes con falla cardíaca, el 78% de los hombres y el 65% de las mujeres pueden presentar disminución del deseo sexual que está relacionado, en su mayoría, con el miedo tanto del paciente como de su pareja, de sufrir algún evento cardiaco o morir. Es importante, mejorar la comunicación con tu pareja y explorar nuevas formas para satisfacerse. También, tener confianza con el médico y expresar las inquietudes al respecto.
Asimismo, evitar actividad física fuerte o actividad sexual cuando:
Hace demasiado calor o demasiado frío.
Esté estresado, cansado o no hay dormido bien.
Luego de comer.
Tomar bebidas alcohólicas.
Si no están controlados los síntomas.
Para mejorar, tanto la actividad sexual, como la calidad de vida en general, no deje de tomar sus medicamentos ni modifique su toma por miedo a los efectos secundarios sexuales. No pruebe plantas medicinales, suplementos o medicinas, pues la combinación de estos productos con sus medicamentos recetados pueden causar una caída de la presión arterial y llevar a la muerte.
Recuerde que debe detenerse, descansar y respirar profundamente si presenta:
Ahogo, que falta el aire.
Aturdimiento, mareo.
Dolor o presión en el pecho.
Si el corazón late muy rápido.
Fatiga o cansancio excesivo.
Si estos síntomas no mejoran luego de parar la actividad física, debes consultar por urgencias en tu red de prestadores.
Esta condición requiere cuidado especial y con las recomendaciones anteriores se puede llevar un ritmo de vida más normal, retomar las actividades cotidianas y brindar alivio en la familia.
Conoce más en la charla con nuestros especialistas aquí: