Portal principalCuidado de heridas y quemaduras en el hogar: mitos y realidades
La piel es el órgano más grande del cuerpo, cuya función principal es la protección contra microorganismos y sustancias químicas, así como la conservación de la temperatura corporal. Está compuesta de tres capas (epidermis, dermis e hipodermis) y en su interior contiene estructuras vitales para el funcionamiento de los sistemas de regulación del cuerpo, tales como glándulas sebáceas y sudoríparas, terminales nerviosas, entre otros.
Una herida es cualquier tipo de ruptura de las capas de la piel y de la integridad de los tejidos profundos, que altera la barrera protectora y nos expone al ingreso de microorganismos contaminantes que pueden producir infecciones sistémicas. Por esto es importante conocer el manejo correcto de este tipo de lesiones, que pueden ser ocasionadas por objetos cortantes, punzantes, contundentes, abrasivos, desgarrantes y/o térmicos (quemaduras), con diferentes grados de compromiso cutáneo (superficie de la piel), pero siendo en esencia el mismo manejo inicial para todas ellas.
Las heridas en el hogar están dentro de los primeros diez motivos de consulta a los servicios de urgencias y un tratamiento inicial adecuado previene complicaciones a futuro. Aunque los accidentes ocurren, siempre pueden realizarse medidas preventivas para que estos no se presenten, o sí ya han ocurrido, nunca está demás tomar precauciones para que no se repitan.
Medidas de prevención
Evite jugar en la cocina con objetos filosos como tijeras, cuchillos o aparatos eléctricos.
No deje fósforos, encendedores o sustancias químicas cerca a las hornillas o parrillas de su casa.
Tape los recipientes que contengan líquidos calientes y evite que objetos pesados estén ubicados en lugares altos desde donde puedan caer.
Pruebe la temperatura de los alimentos antes de comer, la alta temperatura puede provocar quemaduras en la lengua o la boca.
Controle la temperatura del agua para el baño y en la ducha.
No manipule agua cerca a enchufes, cables o tomas de corriente, así evitamos cortos en los circuitos eléctricos.
No deje fuegos o velas encendidas si va a estar ausente de su casa, aunque sea por cortos periodos de tiempo.
No manipule ni haga uso de explosivos como la pólvora.
Si tiene animales en casa, asegúrese de respetar el espacio de su mascota y no permitir que los niños más pequeños jueguen con ellos bruscamente por muy dóciles que sean.
Manejo inicial
Antes de actuar debe tener las manos limpias para manipular la zona afectada, ¡nunca toque las lesiones con las manos sucias!
Si es posible, determine la causa y el tipo de herida.
Si existe sangrado activo, se debe presionar con un paño limpio o gasa estéril de 10 a 15 minutos, y elevar la extremidad de la zona afectada, hasta que la hemorragia se detenga.
Compruebe si hay objetos extraños (arena, restos de alimentos, plásticos, fragmentos de vidrio, etc), pero no los retire si están incrustados o adheridos al tejido.
Si el sangrado ha cedido y la herida es pequeña, lave con agua y jabón neutro de 5 a 10 minutos y cubra con una gasa estéril.
En el caso de quemaduras, el proceso de enfriamiento se realiza con agua al clima corriente de 10 a 15 minutos para reducir la inflamación y el dolor. No romper las ampollas, estas actúan como una barrera protectora, mejor cubra con una gasa estéril humedecida con suero fisiológico y un vendaje limpio.
No sople las heridas, no realice torniquetes ni aplique sustancias ni remedios naturistas como crema de dientes, saliva, clara de huevo, café, penca sábila, leche, aceite de cocina, mantequilla, miel, entre otros.
Finalmente, es fundamental tener en cuenta que la atención inicial contra las heridas y quemaduras en el hogar evita la pérdida de este órgano fundamental que nos protege de todo tipo de enfermedades y bacterias de contacto, que pueden poner en riesgo nuestra salud. Si en algún momento no sabe cómo reaccionar ante una lesión consulte al centro asistencial más cercano, es el personal de salud quien podrá evaluar la lesión y definir el manejo a seguir.
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