Es el crecimiento anormal de células en la piel, provocado en la mayoría de los casos por una exposición excesiva al sol o a fuentes artificiales de radiación ultravioleta (como las cámaras bronceadoras). Existen varios tipos, siendo los más comunes:
Carcinoma basocelular: el más frecuente y menos agresivo.
Carcinoma escamocelular: puede crecer más rápido y extenderse si no se trata.
Melanoma: menos común pero más peligroso, puede diseminarse rápidamente a otros órganos.
¿A quién puede afectar?
A todas las personas sin importar edad, sexo o color de piel. Sin embargo, tienen mayor riesgo quienes:
Tienen piel clara, ojos claros o se queman fácilmente con el sol.
Han sufrido quemaduras solares repetidas, especialmente en la infancia.
Asisten o han asistido a cámaras de bronceo.
Tienen antecedentes familiares de cáncer de piel.
Tienen muchos lunares atípicos.
¿Cómo identificarlo?
Revisa tu piel una vez al mes con la regla del ABCDE de los lunares
Asimetría.
Bordes irregulares.
Color desigual o variado.
Diámetro o tamaño mayor a seis milímetros.
Evolución (cambios en la forma, el tamaño o el color).
También si notas algún lunar, “granito”, una herida o una costra que no sana, cambia o sangra, consulta al dermatólogo.
¿Cómo se puede prevenir?
Evita la exposición intencional al sol.
Usa protector solar todos los días, incluso cuando esté nublado. Aplícalo 30 minutos antes de salir y aplícalo nuevamente cada dos a tres horas.
Realiza actividad física en la sombra.
Evita el sol cuando la radiación ultravioleta es más intensa, es decir, entre las 9:00 a. m. y las 5:00 p. m.
Usa ropa protectora, sombreros de ala ancha, ropa cubierta y gafas de sol con protección ultravioleta.
No uses cámaras de bronceo: aumentan significativamente el riesgo de cáncer de piel.
Hidrata tu piel y cuídala del daño acumulado por el sol a lo largo de los años.
Tres datos que debes saber:
El cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente en el mundo.
Una quemadura solar grave en la infancia puede duplicar el riesgo de melanoma (tipo de cáncer).
El diagnóstico precoz puede salvar vidas y evitar tratamientos complejos.
¿Qué puede hacer un dermatólogo?
Los dermatólogos son médicos especialistas en el diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades de la piel. Si detectan una lesión sospechosa, pueden realizar una biopsia para confirmar si es cáncer y definir el mejor tratamiento.
¡Proteger tu piel es proteger tu salud!
Consulta al dermatólogo una vez al año, aunque no notes cambios. Recuerda que la prevención y la detección temprana salvan vidas.
Esta información cuenta con el apoyo de Dermatología Universidad de Antioquia.
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