Las cardiopatías, son una enfermedad que muchas veces puede ser diagnosticada desde el vientre de la madre y así ser tratada a tiempo, sin embargo, este no fue el caso de Eliam, un pequeño diagnosticado con una transposición de grandes vasos en su corazón, una enfermedad que altera la circulación normal de la sangre y por ello no asegura un correcto desarrollo de los niños.
Todo comenzó cuando su madre Leidy, notó que el pecho de Eliam no tenía una apariencia normal y aunque en sus citas de control siempre le diagnosticaron que todo estaba bien, su instinto de mamá no pensaba igual, ella sentía que su hijo tenía algo que no era común y necesitaba descubrirlo. Su familia vive en la ciudad de Quibdó, Chocó, allí visitaron el Hospital y después de varias citas y exámenes clínicos, una doctora notó que Eliam Mateo debía ser visto por un especialista lo antes posible.
Después de eso, fueron remitidos a nuestro Hospital Infantil San Vicente Fundación, acá fue revisado por una cardióloga que confirmó que Eliam tenía una cardiopatía y además de ello una estenosis pulmonar, lo que aparentemente no afectaba la vida de este pequeño porque no tenía ninguno de los síntomas, pero que aun así debía ser operado y no se aseguraba el resultado de dicha operación.
Confiando mucho en Dios y su voluntad, la familia de Eliam decidió que, la cirugía aunque era riesgosa, podía ser la solución para que su hijo tuviera calidad de vida. Y así sucedió, todo nuestro equipo asistencial se esforzó y lo lograron, la cirugía fue un éxito y en menos de una semana, este pequeño de 1 año y medio de edad estaba muy bien.
Su madre Leidy dice que: “mi hijo significa mucho para mí, transformó nuestras vidas y Dios puso muy buenos médicos en el camino de él, estoy agradecida por eso”. Eliam es un niño extraordinario, ahora tiene 2 años y está creciendo sano y fuerte, este tipo de cardiopatía no le afecto su desarrollo motriz, es inteligente, inquieto y quiere salir adelante, está orgulloso de su cirugía y le dice a sus amigos: “a mí me operaron y papito Dios me sanó”.
Con tu ayuda, niños como Eliam, pueden recuperar sus esperanzas de crecer sanos y fuertes, además de tener una gran calidad de vida.