Culebrilla (Herpes Zóster) ¿Qué es y cómo tratarla?

La culebrilla es una enfermedad causada por el virus de la varicela, llamado Virus Herpes Zóster. Es una enfermedad que causa brote cutáneo generalizado que ocasiona mucha picazón, genera fiebre y se soluciona sola luego de siete a diez días. Al resolver los síntomas, algunos virus persisten viables en las neuronas que inervan la piel (algunos virus todavía están presentes en las células de la piel), en ese estado de latencia, las partículas virales están inactivas, no se reproducen y no causan síntomas. 

Lo que garantiza que esos virus no causen enfermedad es el sistema inmune de la persona infectada, porque los mantiene confinados e inactivos.  

La culebrilla ocurre cuando esos virus se despiertan, usualmente décadas después de sufrir varicela. Esa reactivación ocurre debido a un estado de inmunosupresión (también llamado “baja en defensas”) generalmente favorecido por el envejecimiento, estrés fisiológico o emocional, medicamentos contra el cáncer o enfermedades autoinmunes. Es por eso que, la culebrilla suele presentarse en personas mayores de 60 años, de hecho, se calcula que en Estados Unidos una de cada tres personas mayores a 65 años tiene esta enfermedad, siendo mucho más común con cada año de vida.

La culebrilla suele causar un brote de vesículas (ampollas) asociadas a enrojecimiento de la piel, precedido de dolor tipo ardor y asociado a malestar general. Las lesiones suelen ubicarse en el tronco, tanto anterior como posterior, ocasionalmente afectan la cara y, en algunos casos, pueden afectar la visión si se localizan en la frente y la nariz. 

Esta enfermedad suele resolverse de manera espontánea, sin embargo, se recomienda dar tratamiento médico para favorecer una mejoría más temprana y evitar que persista el dolor en la zona afectada. A la persistencia del dolor quemante donde una vez estuvieron las lesiones se le llama “neuralgia postherpética”; esta complicación suele ocurrir en un 15 % de las personas y es más frecuente en quienes no reciben antivirales. 

Además de los tratamientos antivirales disponibles, es importante tratar el dolor de manera adecuada y cuidar de las lesiones ampollosas. Esto último es particularmente importante porque si no se trataron de manera adecuada, las lesiones pueden sobre infectarse con bacterias. 

En lo que respecta a las lesiones ampollosas hay varias recomendaciones para el cuidado: 

1. Mantenga las lesiones ampollosas cubiertas, el fluido contenido en las lesiones puede ser infeccioso para personas sin inmunidad (personas sin antecedente de varicela o no vacunadas).
2. Mantenga las uñas limpias; las uñas largas evitan una buena higiene de manos favoreciendo la sobreinfección de las lesiones.
3. Use cremas como calamina o terapia con frío para el ardor o la picazón.
4. Aplique solo medicamentos prescritos en las lesiones, usualmente pueden taparse con una gasa impregnada de vaselina. Las lesiones se tornarán costrosas en la semana siguiente al inicio de síntomas y luego se resolverán.

Los pacientes deben siempre buscar atención médica para recibir tratamiento antiviral y medicamentos contra el dolor que suele ser muy incapacitante, con frecuencia el solo roce de la ropa es doloroso. 

Existe una vacuna contra el Herpes zóster o culebrilla, desafortunadamente aún no está disponible en Colombia; en otros países del mundo se recomienda a partir de los 50 años o en personas con antecedente de varicela pero que tienen enfermedades debilitantes que causan inmunosupresión. La vacuna es bastante segura y muy efectiva, y se espera que esté disponible próximamente en el país. 

En conclusión, la culebrilla es una enfermedad muy frecuente en personas debilitadas o mayores de 50 años, causa un brote ampolloso doloroso y frecuentemente se complica con dolor persistente en la zona. Puede tratarse con antivirales y es prevenible con vacunación. Aunque se resuelve de manera espontánea, el tratamiento oportuno puede disminuir las complicaciones y por eso siempre debe buscarse atención médica.