Ataque Cerebrovascular: Conoce sus riesgos y cómo prevenirlo

El ataque cerebrovascular (también llamado ACV), es una enfermedad grave que afecta el cerebro, y que ocurre cuando se bloquea o se interrumpe el flujo de sangre que se encarga de alimentar y oxigenar el cerebro, y que viaja a este a través de los vasos sanguíneos. Cuando esto ocurre, se pueden dañar algunas células cerebrales (neuronas) y, por lo tanto, verse disminuidas algunas de nuestras habilidades: motoras, sensitivas o del lenguaje.

Si te preguntas ¿A quién le puede dar un ataque cerebrovascular? O ¿En quiénes es más frecuente? La respuesta es que realmente, cualquier persona puede sufrir un ACV, incluyendo niños y jóvenes. Sin embargo, se ha demostrado que es más común en personas mayores, especialmente cuando sufren de otras enfermedades como por ejemplo diabetes, presión arterial alta, colesterol alto, tabaquismo o problemas cardíacos.

El ACV puede ser causado por un coágulo de sangre o por un trozo de colesterol que bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro (en este caso lo llamamos ACV isquémico), o también puede ocurrir cuando un vaso sanguíneo se rompe y genera un sangrado cerebral (y entonces lo llamaríamos ACV hemorrágico). En ambos escenarios, se interrumpe el flujo de sangre al cerebro y mueren neuronas en el proceso.

Los síntomas pueden incluir debilidad en un lado del cuerpo, problemas para hablar, visión borrosa y dificultad para caminar.  

La Red Colombiana contra el Ataque Cerebrovascular nos regala el acrónimo “CORRE” para que no nos olvidemos de los síntomas por los cuales debemos consultar al servicio de urgencias lo más pronto posible.

Ilustración tomada de: ACV – RecaVar. Red Colombiana Contra el Ataque Cerebrovascular ACV

El tratamiento temprano es clave y debes asistir al servicio de urgencias lo más rápido posible y antes de que se cumplan cuatro horas. Una vez en urgencias (y si se cumplen los requisitos necesarios), se podrán administrar medicamentos para disolver coágulos o se podrá intentar, por medio de una cirugía, retirar el trombo que ocluye los vasos sanguíneos, lo que restaurará el flujo sanguíneo de la parte de cerebro afectada.

Después del ACV, la rehabilitación es la clave para recuperar habilidades perdidas.

Para prevenir esta enfermedad, es esencial llevar un estilo de vida saludable: comer bien, hacer ejercicio, no fumar y controlar enfermedades como la presión arterial, el colesterol alto y la diabetes.