Los antimicrobianos son sustancias que detienen el crecimiento de un microorganismo, entre los que se encuentran:
Antibióticos: que hacen efecto sobre las bacterias (ejemplo: bactrim, ciprofloxacina, amoxicilina).
Antiviral: que atacan los virus (ejemplo: aciclovir para el herpes o fuegos).
Antifúngico: que hace efecto sobre los hongos (ejemplo: clotrimazol para la vaginosis o tiña).
Antiparasitario: que inhibe los parásitos (ejemplo: metronidazol para amebiasis).
Para entender la importancia del buen uso de antimicrobianos, debemos reconocer que los seres humanos no solo interactuamos con organismos que se encuentran externamente, sino que nuestro cuerpo está habitado por microorganismos como hongos y bacterias que nos benefician. Este conjunto de microorganismos se llama microbioma (también se le conoce como “flora” o “jardín interno”) y se ve afectado cada vez que consumimos un antimicrobiano. Así como las mariposas obtienen néctar de las flores y como beneficio son polinizadas, garantizando así la reproducción de sus plantas (proceso que llamamos mutualismo o simbiosis), el microbioma humano es indispensable para el ser humano.
Algunos ejemplos de los beneficios del microbioma son: cumplen un rol en el metabolismo y digestión de carbohidratos y fibras, producen vitaminas en el intestino, entrenan a nuestro sistema inmune, sintetizan sustancias que mantienen la piel turgente y el intestino sano, y nos protegen de la invasión de microorganismos que causan enfermedades (patógenos).
Cuando se consumen antimicrobianos por vía oral o intravenosa, el microbioma entero se expone a dicha sustancia y por ende siempre se afecta su composición y equilibrio. La alteración del microbioma, se asocia a vaginosis bacteriana, mal absorción de alimentos, obesidad, asma, otras enfermedades alérgicas, diarrea, entre otros. De ahí que el buen uso de antibióticos en casa empieza por el uso de antimicrobianos prescritos y no de automedicados.
Adicionalmente, la exposición repetida a antimicrobianos aumenta el riesgo de resistencia bacteriana, un fenómeno en el cual un microorganismo ya no responde a una sustancia particular pues ha desarrollado mecanismos para protegerse. En ese caso, existe el riesgo de que en una futura infección, esta ya no pueda tratarse con los antibióticos usados previamente, reduciendo la efectividad y las opciones de terapia.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica la resistencia bacteriana como una de las primeras cinco amenazas más importantes de salud pública.
Los antibióticos están indicados para tratar enfermedades infecciosas causadas por bacterias, en las que el médico juzgue que el beneficio es mayor que el riesgo de desequilibrio del microbioma.
Algunos ejemplos del mal uso de antibióticos en casa son:
Resfriados comunes: el 99% de ellos causados por virus, donde los antibióticos no tienen utilidad.
Procedimientos odontológicos menores: su uso tiene solo algunas indicaciones.
Enfermedades diarréicas: en su mayoría son causadas por virus y se alivian en menos de una semana.
Infecciones urinarias sobre diagnosticadas.
Los antibióticos están indicados en condiciones que amenazan la vida (ejemplo: neumonías bacterianas) o cuyos síntomas afectan gravemente la calidad de vida de las personas (infecciones urinarias).
El uso inadecuado de antimicrobianos tiene varias implicaciones para la salud personal y colectiva, como es la resistencia a los antimicrobianos, por lo cual se requiere un compromiso para contribuir a un uso seguro y adecuado de los mismos:
Use el tratamiento antimicrobiano solo cuando el personal médico se lo indique, es este quién sabe cuando los beneficios superan los riesgos.
Siga las indicaciones sobre la forma adecuada de tomar el medicamento, no todos pueden tomarse junto a lácteos o con las comidas.
Tome el tratamiento completo incluso cuando sienta mejoría de los síntomas. Si su médico le suspende el tratamiento, no guarde para futuro ni comparta con sus familiares o amigos.
Programe los horarios de administración acorde a su cotidianidad. Evite que por horario le correspondan tomar el medicamento en horas de la madrugada y no modifique la frecuencia del tratamiento, la efectividad de muchos antimicrobianos depende de los intervalos de tiempo en que los tomamos.
Por último, recuerde mantener una adecuada higiene de manos, evite usar antibióticos en otros contextos como en la agricultura y no descarte los medicamentos sobrantes en la basura o por la alcantarilla, busque un punto azul para descarte de medicamentos dispuestos en las farmacias.